“[…] and finally realized that nothing […] expresses the reality as it actually is, the description runs counter to the actuality, but I drew the logical consequences from this insight […], I did not hesitate to correct everything all over again and in the process of correcting everything all over again […], I destroyed everything. That none of them are what they are, that nothing is what it is” (Thomas Bernhard, Correction, New York, Knopf Doubleday, 2013, pp. 265-266).
«[…] y finalmente comprendí que nada es como realmente es, lo descrito se opone a lo real, pero saqué las consecuencias de ello […], y no tuve miedo de corregirlo todo una vez más y, al corregirlo todo una vez más […], lo aniquilé todo. Porque todos no son lo que son, porque todo no es lo que es" (Thomas Bernhard, Corrección, Madrid, Alianza, 2014, p. 361).